La experta habla sobre uno de los problemas más desconocidos de la sociedad.

La experta habla sobre uno de los problemas más desconocidos de la sociedad.

Salud y Bienestar

Qué es el sincericidio: el comportamiento que cada vez más personas sufren, según la psicóloga Alba Cardalda

Las redes sociales han intensificado esta dinámica que preocupa en gran medida en España.

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En tiempos donde la sinceridad es aplaudida por muchos como una virtud, surge un nuevo fenómeno que da un paso más allá: el sincericidio. Este término, aunque suene a broma, describe una realidad que según explican los expertos, muchas personas están sufriendo en silencio, sobre todo en un contexto social en el que las redes sociales y la opinión pública tienen más peso que nunca.

El sincericidio consiste en decir verdades de forma brutal y sin filtro, incluso cuando nadie las ha pedido. Según la psicóloga Alba Cardalda, "la sinceridad aplastante no solicitada hace mal a las personas. Es lo que se le llama un sincericidio. Recibimos opiniones sin haber sido solicitadas y eso puede hacernos más daño que beneficio".

Un comportamiento que se está volviendo cada vez más común en el día a día, tanto en entornos digitales como en conversaciones cara a cara. Y es que lo que para unos puede parecer una muestra de transparencia o autenticidad, para otros es una fuente de ansiedad, inseguridad e incluso un grave daño emocional.

Es un comportamiento común en la sociedad.

Es un comportamiento común en la sociedad. Istock

Las palabras tienen un peso muy grande, y no se trata solo de lo que se dice, sino de cómo y cuándo se dice. En este sentido, Cardalda advierte que "las palabras tienen un poder brutal. A veces duele más una palabra que incluso una agresión física. Lo que le dices a un niño puede marcar el resto de su vida".

En una sociedad cada vez más hiperconectada, la exposición constante a opiniones y críticas se ha convertido en parte del día a día. Las redes sociales han intensificado esta dinámica, donde con frecuencia los comentarios no solicitados se presentan como consejos, pero en realidad pueden causar daño bajo una apariencia de buena intención.

Cardalda lo explica con claridad: "El impacto que están teniendo las redes sociales en la salud mental es brutal. Esta necesidad de estar continuamente siendo reforzados y percibiendo la aprobación externa. Eso es una bomba".

La presión por mostrarse perfectos, por recibir "likes" y por mantener una imagen idealizada a través de la pantalla, genera una adicción emocional. "Nos hacemos adictos a la dopamina", señala la psicóloga. "Por eso estamos tan enganchados a las redes sociales".

Preocupa a muchas personas.

Preocupa a muchas personas. Istock

Sin embargo, esto puede ir a peor, ya que, según explica la experta en estos casos, "cuando tú recibes hate, en vez de recibir esa dopamina, lo que recibes es cortisol", algo aún más perjudicial para nuestra salud.

El sincericidio muchas veces se justifica con frases como "solo digo lo que pienso" o "es por tu bien". Pero la intención no siempre justifica el impacto. Y es que en muchos casos, estos comentarios pueden tener efectos duraderos, especialmente en personas que son más vulnerables emocionalmente.

Y no se trata solo de una cuestión emocional. "Cuando una persona está deprimida, ocurren cosas también. Ocurre algo físico en su cerebro que se puede ver y se puede detectar". Pues, ser sinceros no debería significar herir.

Tal vez el reto esté en aprender a decir las cosas con sensibilidad, y sobre todo, a saber cuándo es mejor guardar silencio, aunque tú no estés de acuerdo.